empacando tus ropas, los regalos
vas preparando el regreso...
Mis lágrimas confunden este minuto.
Compañera de estos días de crisis
has iluminado con tus manos
mis momentos de incertidumbre y dudas.
Gracias por todos los sabios consejos
y por los momentos en que reinó el silencio.
Gracias por secar una vez más mis párpados
y acariciar mis cabellos, mientras
me cobijé en tu regazo.