Cuando apretaba tu cintura en la melodía de un baile,
susurré a tu oído que ese día moriría feliz...
Reiste de mi comentario,
Es el mismo que usas siempre ?... Preguntaste.
Sonrojado quise retirar lo dicho...
Más... un silencio sepultó mi mirar
Y hoy despues de tantos meses
que contados en días, suman cuatrocientos y más
Confieso que huyo de la muerte,
más bien anhelo otro baile,
quisiera sentir los latidos apresurados de tu pecho
y el frio que corre por la palma de tu mano
en la espiritualidad del contacto con la mía.
Quisiera que tus cabellos vovieran a jugar en mi rostro
para que impregnes tu aroma en mi piel
y asi, seguir viviendo en tu ausencia
que no merezco.
sin tí
Que mas quisiera yo! Me encantaría tener ese don magnifico de la palabra. La vida no me premió con esa maravilla, te imaginas? poder cantar lo que me sale del corazón y no lo que a otros se le ocurrió escribir... te hubiese escrito un mar de respuestas y no estarías tu escribiéndome tanta palabra bella. TODAS tus fotos, TODO lo que escribes, TODO lo que me mandas y TODO lo que no me mandas lo leo y lo veo más de una vez. Muchas veces imaginando que todo lo de tu página es para mi, en un complejo de "niña mujer" jugando a ser la musa de tus relatos... no te rías que no es fácil confesar que a pesar de la edad todavía la ingenuidad adolecente me persigue. Me alegras muchas veces la vida, no todas las sonrisas son de felicidad, hay verdades y tristezas escondidas en mi rostro de alegría. Tus poemas, sin tu saberlo, en estos cuatrocientos y mas días han llenado mi vida de luz en momentos en que mi alma había solo invierno... gracias mil gracias por haber sido tantas veces mi primavera. Tribeza L.
ResponderEliminar